La cocina mexicana genera una derrama económica de 183 mil millones de pesos anuales.
Cuenta con 18 rutas gastronómicas a lo largo de la república, como ejemplo la ruta del vino en Ensenada B, C.
El nombre de los chiles cambia si estos son si frescos o si son secos. Resulta que el si el chile jalapeño está seco ¡es un chipotle!, y lo mismo sucede con el chile poblano que se transforma en chile ancho; o el chilaca en pasilla. No sólo eso, el chile anaheim seco se llama chile colorado; el mirasol (el rojito) es el guajillo; el serrano, chile seco y el bola, chile cascabel
Existe un tamal llamado zacahuil. La preparación de este tamal originario de la sierra hidalguense tiene como base maíz, chile guajillo, morita y ancho; pollo o cerdo envuelto en hojas de plátano horneado por doce horas. El dichoso tamalito tiene un peso de setenta kilos, ¡70! (El tamal de nuestra foto lo apodamos Zacahuilito)
La cocina mexicana fue orgullosamente reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial en 2012.